¡Hola a todos los amantes de la aventura y la historia! Hoy os llevo conmigo a descubrir otra de las sorpresas que esconde Liverpool: La visita a la azotea del edificio más emblemático de Liverpool. De verdad, me dejó encantada, patidifusa y ojiplática.
La visita dura unos 70 minutos y ¡buena noticia: tienen audioguías para los hispanohablantes! Primero, la guía nos indicó las medidas de seguridad y luego, antes de subir hasta el décimo piso, en ascensor (menos mal), nos contó el origen y la historia de este edicio, símbolo de la ciudad y escenario de películas como la última de Batman.
Pero todo empezó con una mutua funeraria, la Royal Liver Assurance, que se había fundado en 1850 y que se había convertido en una aseguradora, con tanto éxito que decidió construir sus oficinas en 1890 junto al edificio de administración del puerto de Liverpool, otra de las 3 Gracias y el mejor terreno de la ciudad. Sería el primer edificio que verían todos los viajeros que llegaran por barco. La sede de la naviera Curnard todavía no existía entre ambas construcciones. Y así fue como en 1911 se inauguró el edificio que se convertiría en el emblema de Liverpool y que fue la primera construccion del mundo en utilizar la técnica del hormigón armado. Y aquí van todos los detalles de esta jornada tan especial para que os hagais una idea de qué podéis esperar en vuestra visita.
Era el típico día inglés, gris y ventoso, pero desde la primera azotea, en el piso 10, las vistas son espectaculares y se alcanza a ver toda la ciudad, las catedrales, el nuevo estadio del Everton, el Royal Albert Dock y hasta la ciudad al otro lado del rio Mersey, Birkinhead. Con 90 metros de altura, RLB dominó el horizonte como el edificio más alto de Europa hasta 1934 y del Reino Unido hasta 1961. Lo cierto es que daba un poco de vertigo asomarse al borde. Pero todavía nos quedaba subir más, a una de las torres. Desde donde Batman observa Gotam a sus pies.
Las torres fueron fabricadas por Gent and Co, y ahora, además de seguir cumpliendo su función original de marcar el tiempo para los marineros y viajeros, siguen siendo el orgullo de los liverpulianos ya que superan en tamaño al famoso Big Ben en Londres y eso, a los locales, les "llena de orgullo y satisfacción", como diría aquel.
Las dos guindas de las torres son las míticas figuras de los Liver Birds, diseñados por Carl Bernard Bartels, adornan la cima y quedan casi al alcance de la mano cuando se suben los tres pisos restantes y se llega a la última azotea. Si quieres conocer su leyenda, que las une con el origen de la ciudad y con su posible final, únete a nuestro tour ¡te lo contaremos todo!.
Me sorprendió mucho descubrir la historia de su creador, porque al ser aleman, durante la Primera Guerra Mundial, Bartels fue encarcelado en un campo de internamiento en la Isla de Man, a pesar de tener la nacionalidad británica desde hacía 27 años. Después de la guerra, el artista fue repatriado a Alemania, dejando atrás a su esposa y dos hijos nacidos en Inglaterra. Bartels regresó al Reino Unido y vivió y trabajó en Harringay hasta su fallecimiento en 1955, creando tallas para la Catedral de Durham, diversas mansiones señoriales e incluso fabricando extremidades artificiales durante la Segunda Guerra Mundial, pero la ciudad de Liverpool destruyó los registros y las pruebas de que los famosos pájaros, emblema de la ciudad, habían sido creados por un artista aleman, el enemigo. Y no fue hasta finales del siglo XX que se recuperó su nombre y se le hizo un homenaje al que acudieron sus descendientes.
Después de disfrutar de las vistas, entramos a la torre, a la sala de maquinas de los relojes y la sorpresa fue mayúcula con la proyección de un audio visual inmersivo, muy sugerente, sobre su historia y construcción. Es corto pero está muy bien hecho y con su sonido envolvente realmente te transporta a otros tiempos. Luego seguimos subiendo. Y aquí sí, en la cima, las piernas tiemblan un poquito más al mirar hacia abajo. Da miedo pensar en como a principios del siglo XX las medidas de seguridad eran mínimas para los obreros de la construcción y algunas fotos muestran a estos como verdaderos equilibristas de circo. ¡Da mucho miedito!
En resumen, mi día en el Royal Liver Building fue una aventura reveladora. Una experiencia que recomendaría a todos los visitantes de Liverpool. ¡No se pierdan la oportunidad de explorar las alturas y descubrir los secretos que este emblemático edificio tiene para ofrecer! ¡Hasta la próxima, exploradores!
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